La Consejería de Medio Ambiente ha licitado hoy las obras de dos nuevos tramos de la Autovía del Agua, los que discurren entre Bajo Pas-Camargo y Reocín-Cabezón de la Sal, con lo que concluye la convocatoria de los concursos para ejecutar esta infraestructura, que garantiza el suministro a la región.
Los dos nuevos tramos tienen un precio de licitación de 26,6 millones y un plazo de ejecución de 20 meses y se suman a los tres que ayer salieron a concurso, por 18 millones.
Con estos concursos, se cumplen las previsiones del consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín, que ha asegurado que toda la Autovía del Agua estará licitada o en ejecución antes de que finalice la legislatura.
La Consejería de Medio Ambiente ha licitado hoy la obra correspondiente al tramo Bajo Pas-Camargo con un presupuesto de licitación de 16.813.585,87 euros, cantidad que se divide en 50.000 euros para este año; 8,5 millones de euros en 2011, y 8,2 millones de euros en 2012.
En el segundo anuncio, se licita el tramo Cabezón de la Sal-Reocín, con un presupuesto base de 9.852.117,14 euros, que se divide en tres anualidades: 50.000 euros en 2010; 5 millones de euros en 2011, y 4,8 millones de euros, en 2012.
Se denomina Autovía del Agua a una conducción continua, con sus instalaciones asociadas, que conectará en sentido paralelo a la costa todas las cuencas internas de Cantabria, desde Unquera hasta Castro Urdiales. Se trata, por tanto, de una infraestructura que permitirá trasvasar agua procedente de cualquiera de los valles de la Región al resto, de manera totalmente flexible y adaptada a las variaciones de la demanda en el espacio y en el tiempo.
A este eje longitudinal se le incorporarán en sentido perpendicular tanto las fuentes de agua existentes, fluyentes y reguladas, como las conducciones de derivación a los diferentes planes hidráulicos de la Región. Así, la Autovía del Agua permitirá conectar, en lo que a recursos hídricos se refiere, las zonas costeras con mejor dotación con aquellas que sufren escasez, sin provocar perjuicios en las cuencas donantes. Además, dado que se está hablando de volúmenes de agua relativamente reducidos, si se comparan por ejemplo con las transferencias aprobadas en el Plan Hidrológico Nacional, la obra que se debe realizar no tiene apenas impacto ambiental ni implica costosas expropiaciones.
Gracias a la ampliación del volumen del bitrasvase, el agua almacenada en el embalse del Ebro durante el invierno permitirá satisfacer los usos veraniegos de gran parte de la población de Cantabria, y no sólo de Santander y sus alrededores. Lo que inicialmente fue concebido como una obra de abastecimiento urbano, ha pasado a convertirse en la obra de abastecimiento a Cantabria, necesaria para cualquier desarrollo turístico, industrial y social de la Región.
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