Miles de ciudadanos han ocupado pacíficamente Wall Street, uno de los epicentros mundiales de poder financiero y corrupción. Ellos son la última chispa de un nuevo movimiento por la justicia social que se está extendiendo como la pólvora, desde Madrid a Santiago, de Jerusalén a Delhi, pasando por otras 146 ciudades que se siguen sumando. Pero ahora necesitan de todo el apoyo posible para lograr resultados.
Mientras las familias trabajadoras siguen corriendo con los gastos de la crisis financiera causada por las élites corruptas, los manifestantes están exigiendo democracia real, justicia social y un freno a la corrupción. Sin embargo, se encuentran sometidos a una gran presión de las autoridades, y algunos medios de comunicación les están menospreciando, poniéndoles la etiqueta de grupos marginales. Si millones de nosotros unimos ahora nuestras voces desde todos los rincones del mundo, redoblaremos su valentía, y les mostraremos a los medios de comunicación y a los dirigentes políticos que las protestas son parte de un masivo movimiento ciudadano que demanda cambios.
Este año podría convertirse en el 1968 de este siglo, pero para tener éxito tenemos que lograr que sea un movimiento social los más amplio posible, y que incluya a toda clase de gente. Únete ahora a este llamamiento por una democracia real -- la firma de cada uno de nosotros a esta petición será proyectada en tiempo real en un gran contador instalado en el centro de la ocupación de Wall Street en Nueva York.
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