jueves, 27 de mayo de 2010

BP comienza una operación para intentar sellar el pozo del Golfo de México

British Petroleum (BP) inició hoy la operación para intentar sellar el pozo en el Golfo de México con una inyección de fluidos pesados, aunque tanto la empresa como la Casa Blanca insistieron en que no hay garantías de éxito.
El procedimiento, conocido como "top kill", arrancó alrededor de las 18.00 GMT, poco después de que la Guardia Costera de EE.UU. diese luz verde a la multinacional británica para comenzar a trabajar.


BP bombeará cemento tras inyectar los fluidos pesados en una operación que, según adelantó hoy en un comunicado, "podría prolongarse durante dos días".
La compañía indicó, además, que "no se puede predecir cuánto tiempo será necesario para comprobar" el éxito o fracaso del "top kill".
Es la primera vez que una operación de este tipo se lleva a cabo en aguas tan profundas y BP ha cifrado las posibilidades de éxito entre el 60 y el 70 por ciento.
"Este procedimiento nunca se ha realizado a 1.500 metros de profundidad y no se puede asegurar su éxito", informó hoy la empresa.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, también rebajó hoy las expectativas al afirmar durante un discurso en California que "no hay garantías" de que la operación funcione.
Obama abordará mañana en una rueda de prensa los resultados de un informe encargado al Departamento del Interior tras el accidente el 20 de abril en la plataforma de BP.
Se espera que el presidente anuncie reglas más duras y una supervisión más rigurosa de las operaciones de exploración petrolera en alta mar.
El pozo que intentará cerrar BP escupe, según los datos oficiales, unos 800.000 litros diarios de crudo al mar, aunque científicos independientes calculan que la cifra puede ser hasta diez veces mayor.
Desde el accidente del mes pasado, BP ha realizado varios intentos para contener la fuga, entre ellos la colocación de una caja de cerca de 100 toneladas que se suponía debía transportar el crudo mediante un tubo a un barco en la superficie pero que no funcionó al atascarse por la formación de gas cristalizado.
La empresa tuvo más fortuna a mediados de este mes cuando logró insertar un tubo en la principal fuga de petróleo por el que dice haber estado recogiendo algo más de la mitad del combustible que contamina las aguas del Golfo.
BP ha lanzado también una campaña sin precedentes de rociado de químicos dispersantes para fraccionar el petróleo en pequeñas partículas que se supone consumen después los microorganismos marinos y que impide que el petróleo flote a la superficie.



La práctica ha sido cuestionada por numerosos científicos que han alertado de las potenciales repercusiones negativas a largo plazo sobre la vida marina.
El nieto del oceanógrafo Jacques Cousteau describió hoy en una entrevista con CNN como una "verdadera pesadilla" el paisaje submarino tras haber buceado en las aguas de la zona.
"Estábamos a entre cuatro y medio y seis metros de profundidad y (el petróleo) estaba disperso en partículas más y más pequeñas en una columna de agua formando nubes que nos envolvían en esa sopa tóxica", dijo Cousteau, quien subrayó que la situación es "muy, muy alarmante".
El nuevo intento para poner fin al que amenaza con convertirse en el peor desastre ecológico de la historia estadounidense arranca tras la publicación de un documento este martes en el que BP reconoce que ignoró señales de alerta antes de la explosión.
El informe elaborado por dos congresistas demócratas se basa en las conversaciones privadas el martes entre los legisladores que investigan el suceso y representantes de BP.
La empresa aseguró durante el citado encuentro que existió una señal clara de una "gran anomalía" en el pozo tras las pruebas de presión realizadas horas antes de la explosión en la que murieron once trabajadores.
BP sostiene ahora que el continuar con el trabajo en el pozo pudo haber sido un "error fundamental".
Si la operación de hoy no funciona, BP intentará nuevos sistemas de contención y contempla la posibilidad de reemplazar el mecanismo diseñado para impedir explosiones (BOP) que debería de haber sellado el pozo pero falló el día del accidente.
La empresa continúa además con la excavación de dos pozos alternativos para interceptar el petróleo que fluye ahora al mar de forma definitiva pero esa operación podría durar tres meses.

 
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